
Peregrinación de los Pueblos
41° Peregrinación de los Pueblos: "Madre, enséñanos a construir y sanar la Patria"
41° Peregrinación de los Pueblos: "Madre, enséñanos a construir y sanar la Patria"
Cada vivencia relatada es como una pequeña vela que va iluminando nuestra alma y reconfortándonos, es tu historia, mi historia, nuestra historia, somos todos una parte fundamental de estos 40 años!
Gracias por iluminarnos con tu testimonio!
Todos los años peregrinamos en Familia, a mi cuñada todos los años le sangraban los pies, una cosa impresionante de describir, pero ahí estaba la Mater obrando, ella nunca abandonaba, salía de la Ermita el día viernes y llegaba el sábado casi sin aliento, ¡¡pero dejando que la Mater la acompañara y caminara con ella!!
Hola. Comencé mi peregrinar x mi hermana con cáncer, ELLA no lo logro pero mi Tío ¡si! , lleve estampitas para bendecir y en lo largo de mi peregrinar me encontré con muchos niños con discapacidad alentándonos a seguir, ancianos saludando con sus manitos arrugadas y en asilos en sus sillas de ruedas esperando un saludo.
Les di a cada una de las personas que me alentaron y esperaban una y ellos con sus sonrisas me dieron más FE y FUERZAS para llegar.
En la noche fría doy gracias a los servidores, bomberos, enfermeros a los que nos dan de tomar y comer algo calentito para seguir el peregrinar ES UNA EXPERIENCIA ÚNICA Y ENRIQUECE EL ALMA.
Gracias a todos y a la Mater
Hace casi 10 años que acompaño a La Mater, un día dije en mí casa voy a ir a la peregrinación y mi hijo y mi esposo dijeron “¡¡no llegarás es mucho caminar!!” Me compré unos borceguíes me anoté en la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe aquí en Paraná y me fui: !! ¡¡Les cuento mi corazón latía a mil de emoción!!, Eso fue un llamado de Ella y fue la experiencia hermosa, los chicos te cuidan ,la gente que al pasar te alienta y ofrece agua !! ¡¡Llegué confortada con más amor y desde ese día no puedo dejar de acompañarla!!… ¡¡Estoy esperando ese día con emoción!!
La Mater ha formado parte de mi vida desde que recuerdo, mi amor por ella es inconmensurable e inexplicable y todo es gracias a mi papá que pertenece al movimiento de Schoenstatt desde su juventud y nos transmitió este gran amor.
Tengo recuerdos desde muy chica ir a la Peregrinación con mi tía Julia, quien formaba parte del área de salud junto a mi tío Jorge y dormir en algunas paradas dentro de su auto en el asiento de atrás. Siempre llevaba algún juguete para entretenerme, una almohada y para la noche (que se pone muy fría en el medio de la nada) una de frazada. En su baúl ¿que no había?, conservadora con comida y bebidas, golosinas, remedios varios, ropa por si acaso y alguna que otra revista. Para todo aquel que llegara buscando o necesitando algo, ella tenía.
Julia, ¿no tendrás un sándwich de milanesa? Y ahí iba a ella a buscar a la conservadora, de yapa te llevabas un gatorade.
Unos 4 o 5 años, siendo adolescente, no quise ir de acompañante, prefería quedarme con mis amigos y recién retorné a la Peregrinación cuando tuve 15 años por invitación de mi hermana mayor Nati al grupo de servidores y sigo aún hoy formando parte con 35 años.
Pero lo curioso es que cada año que pasa, llegando a ese día me acuerdo siempre de un momento. Tendría alrededor de 9 o 10 años y papá me preguntó si quería caminar con él, “Solo hasta Cerrito” me dijo, le contesté que sí, yo estaba re emocionada, era la primera vez que iba a caminar, no iba a ir en auto acompañando. Así que me preparé, caramelos, agua y la campera reversible azul y roja para la noche y que noche larga. Salí de la mano de mi papá de la Ermita a las 5 de la tarde del viernes y no me soltó hasta las 11 de la noche que llegamos a la terminal de Cerrito (Dato de color: en la parada de Podversich, anterior a Cerrito, me hizo hacerle masajes en los pies). Pobre él, pienso hoy, porque como todo niño le debo haber preguntado alrededor de 20 veces cuando llegábamos y el caminar se hizo eterno, hambre, sed, baño, sueño, él se la re bancó. Cuando llegamos a Cerrito fue algo maravilloso, sonaba la sirena, la gente aplaudía, algunos lloraban, otros cantaban, se abrazaban, la campana de iglesia sonaba. Ahí nos fueron a buscar, para mi terminó mi odisea y las ganas de caminar.
Pero algo en mí ese día hizo un cimbronazo, quizás después de un tiempo, siendo más grande lo entendí, pero cuando lo hice, volví y me quedé. Ser servidor es lo que me llena, es mi cable a tierra, es la forma en que le agradezco cada año a nuestra madre (para mi, mi madre del corazón con quien hice alianza de amor) todas las bendiciones, gracias y regalos que nos da durante el año.
Por eso cada vez que parto de la Ermita de Hasenkamp mis palabras, mirando la ruta para entregarme en este viaje son: “Nada sin ti, Nada sin nosotros”.
En este año tan especial, en donde la Peregrinación de los Pueblos cumple 40 años quiero contarles la historia de una persona muy especial, quien peregrino junto a la Mater por 27 años.
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Claudia Amarillo
Llegue a esta peregrinación sin conocer a nadie de los q iban en mi comunidad pero era tan grande mi depresión q me largue a caminar hace 15 años atrás,hoy es una de las fechas más importantes en mi vida,la espero con tantas ansias y aliento a todos para q la conozcan y la amen tanto como yo… Mater me salvaste y me mostraste el camino a la luz de nuestro Padre celestial